Toldos y pérgolas, sombra elegante para llevar de la mano a la naturaleza

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El sol intenso y la lluvia son dos inconvenientes extremos que se pueden interponer en el disfrute de un entorno al aire libre, pongamos por ejemplo, un jardín. ¿De qué sirve un espacio ajardinado cuidado si no podemos disfrutarlo cuando nos apetezca. Sí, un lugar perfecto para comidas al aire libre, para relajadas tertulias con amigos o familiares o simplemente para leer, descansar y relajarse entre flores y el verde que tanto nos gusta.

Soluciones hay muchas para crear esa conectividad todotiempo con nuestro jardín. Pero tal vez sean las pérgolas o los toldos retráctiles los que nos ofrezcan mejores resultados.  Con los toldos y con las pérgolas literalmente tomamos de la mano a la naturaleza para negociar con ella una experiencia de confort. Unas estructuras, que gracias a los últimos materiales y tratamientos (ver pérgolas de madera y su mantenimiento) se han transformado en un espacio de disfrute para el jardín que practicamente no necesita cuidados.

Pérgolas

Hablemos de las pérgolas, veamos qué pueden hacer por la protección en zonas de oficinas o en usos domésticos. Las pérgolas son estructuras muy clásicas, de estructura básica sencilla, un techo al que sostienen puntos de apoyo verticales que le dan la apariencia de una construcción. Se trata de estructuras ligeras, en su formato más popular, desmontable y que puede ser armada y apoyada con otras iguales para acomodar una construcción modular que cierre espacios y que se adapte de forma muy eficiente a las necesidades de uso y a los espacios disponibles.

Podemos llamarlas de muchas maneras por sus combinaciones de usos y materiales constitutivos, en ocasiones son marquesinas, en otras por su modularidad, pueden formar pabellones. Hoy, las vemos en interiores, pero también en calles, avenidas, jardines públicos o espacios recoletos dando sombra o tamizando la luz y sirviendo como soporte de luces de alumbrado u otras instalaciones básicas como megafonía, información turística o como protección y refugio en lugares expuestos a las inclemencias del tiempo.

Las pérgolas son una herencia de la cultura mediterránea, pequeñas construcciones que ayudaban a cerrar espacios en jardines, en madera u otros materiales ligeros y que se dejaban ver como soporte de enredaderas y de otras plantas ornamentales. Su facultad para cerrar espacios en lugares al aire libre las convertían en pequeños módulos en los que fijar sillones de jardín, bancos, mesas y todo tipo de asientos.

Los romanos antiguos amaron las pérgolas, los arquitectos renacentistas las recrearon para los palacios de campo de la época y los británicos que las reconocieron en sus viajes a Italia y a Grecia del siglo XVIII, las convirtieron en tema de sus jardines, como soporte de sus variedades de hiedras y flores, como escenarios de sus encuentros literarios y artísticos en casas de campo de su campiña. Las pérgolas han hecho historia.

Las pérgolas siguen hoy ese patrón, es cierto que con la combinación de otros materiales más adaptados (ver: pérgolas de madera), más funcionales, pero son lugares clave para encuentros sociales, comidas de empresa, eventos al aire libre o simplemente como cobijo de aficiones y del descanso más familiar.

Las pérgolas son una fórmula de ajardinamiento en vertical y horizontal genuina, una manera de techar con estilo y gusto, porque puede ser un soporte floral tan llamativo como parte de una estética que combinar en un entorno de encanto especial. Desde luego, las pérgolas mejoran los rincones destinados a ellos, porque los vuelve también más funcionales.

Pérgola de madera

Imágen de pérgola de madera obtenida de la web de Pergomadera. Más ideas en su apartado fotos de pérgolas.

Toldos

Los toldos retráctiles son piezas extensibles de material textil o sintético que se apoyan sobre los frentes de las estructuras construidas que se abren y se cierran a voluntad y que sirven para hacer sombra o dar protección contra la humedad. Los toldos se fabrican en diferentes tamaños, se encargan para ofrecer las medidas justas o bajo las formas ofrecen mejores ventajas.

Si, diseños personalizados armados incluso con colores y motivos de marca para captar la atención en las puertas de bares, cafeterías y restaurantes y ofrecer protección a una clientela que tiene así más motivos para elegir un negocio que les protege.

Los toldos retráctiles son adecuados para jardines, sí, pero también para balcones, terrazas, patios interiores y exteriores, para pasillos y para galerías. Pero, ojo, no sólo protegen contra el sol o de las temperaturas elevadas, sino que también lo hacen contra los rayos ultravioletas asociados a la radiación solar que son responsables, en condiciones de gran exposición, de quemaduras sobre la piel. Las mismas que nos traemos de los peores días de playa.

Un dato sobre el papel protector de los toldos. En condiciones normales, pueden ofrecer hasta 20 grados centígrados menos en la zona de sombra que en su parte expuesta al sol. Aún más, cuando los protectores se instalan sobre las ventanas, el diferencial de temperatura puede ser suficiente para refrescar el interior de las estancias que dan a las ventanas.

Algo, que permite ahorrar en gastos por aire acondicionado, por su instalación, por su mantenimiento y por la energía que necesitan para tratar el aire. El toldo retráctil es una solución simple, económica y natural que de forma indirecta ayuda a proteger el medio ambiente.

Los toldos retráctiles recogen sus superficies a voluntad, se guardan cuando no se necesitan, permitiendo lo contrario, aprovechar al máximo la luz natural en los días nublados.

Los diseños de esta auténtica arquitectura tensada son una herencia de las piezas de tela que cubrían los transportes terrestres antiguos, carros y carretas, pero también los que formaban parte de las zonas protegidas de las embarcaciones en el mar. De lanchas, de falúas, que se dejaban ver como toldos de castillo, de bauprés, de popa o de alcázar. Todos bien retratados por la pintura histórica en sus viejas funciones.

Si su deseo es hacerse con una protección estable, adaptada, con el valor añadido de una estética que invite, elija un toldo en el ancho, en el tamaño y con el diseño que le resulte más adecuado. Si de lo que se trata es de crear un ambiente en un entorno recoleto, la opción es la pérgola, sombra, luz tamizada y toda la naturaleza que quiera añadir a una solución de espacio tan bella como sugerente. ¿Cuál es su opción?