Colores que combinan con el naranja en decoración
Aunque los colores neutros son los que suelen reinar por goleada en el mundo de la decoración, fundamentalmente por su atemporalidad y por la calma que transmiten, en ocasiones los colores más potentes también pueden ayudarnos a conseguir una decoración estimulante, bonita y capaz de impactar a los demás. De hecho, muchas veces son los colores más temidos los que mejores resultados dan, y eso es precisamente lo que ocurre con el naranja, pero, ¿qué colores combinan con el naranja para conseguir un resultado perfecto y vibrante?
Pues esto es algo que dependerá, además de los propios colores en sí, del estilo que busquemos para la zona que queramos decorar. Por ejemplo, si lo que buscamos es un espacio con encanto y un toque campestre o vintage, deberemos añadir el naranja en pequeños toques y combinado con colores muy neutros, o también verdes, que den ese toque de campiña ideal al conjunto. Por el contrario, si lo que queremos es algo mucho más moderno e industrial, que impacte mucho y que tenga un aire de lo más original, podremos utilizar el naranja en elementos más grandes como los muebles o las lámparas de gran formato, y combinado con colores igual o más potentes que el naranja como es el caso del negro, que podrá utilizarse en estructuras metálicas o incluso paredes.
Paletas de colores que combinan con el naranja
El naranja, al igual que ocurre con otros colores cálidos como el amarillo o el rojo (entre los cuales se encuentra situado precisamente), es un tono lleno de energía y brillo, por lo que llama mucho la atención. Esto hace que resulte incómodo para muchas personas o que incluso sea impensable para otras en el mundo de la decoración, entonces, ¿es realmente el naranja un color desacertado a la hora de decorar?
Pues la realidad es que no, ya que sabiendo combinarlo adecuadamente pueden conseguirse resultados asombrosos, ya sea en cocinas, en halls, en dormitorios o en salones. ¡La clave está en utilizarlo con acierto! Y para conseguir esto es muy importante conocer cuáles son los colores que mejor combinan con el naranja, así como los materiales idóneos a incorporar para completar bien el espacio elegido:
- Tonos marrones. Los tonos tierra son siempre una apuesta segura a la hora de introducir el naranja en la decoración, sobre todo si lo que buscamos es un ambiente relajado y natural en el que primen materiales nobles como la madera o la mimbre, como podemos ver en este bonito y sencillo dormitorio que invita tan bien al descanso.
- Blancos y beiges. Si el naranja nos gusta pero nos produce algo de miedo, nada como aligerar su potencia con el color blanco o el beige, ya que dichos tonos ayudarán a equilibrar la fuerza del naranja y su intensidad, creando un ambiente tan elegante, fresco y suave como el que se ha conseguido en este cuarto de baño combinando muy inteligentemente las luces cálidas con el mármol.
- Gama de azules. El azul, a pesar de ser un tono frío, es capaz de crear un contraste perfecto con el naranja, sobre todo en sus tonos marinos, y ese impacto es justo es el que se ha conseguido en este pequeño salón, donde la profundidad de la pared oceánica principal combina a la perfección con los detalles naranjas del mobiliario y de los textiles.
- Colores grisáceos. Al igual que ocurre con los terracotas, los tonos grises van muy bien con el naranja, y en especial en sus tonos más claritos, pues ayudan a suavizar y a crear un ambiente tranquilo pero lleno de vida y de alegría, como ocurre en este bonito y sofisticado salón de estilo moderno.
- Verde oliva. La combinación de verde con naranja es una de las más bonitas, sobre todo si nos movemos en una gama de verdes como la del color “verde oliva”, pues se trata de un tono capaz de brindar el equilibrio perfecto a un color tan vibrante y cálido como el naranja, creando espacios muy naturales llenos de vida y calma, como vemos en esta pequeña cocina.
- Mostazas. El color amarillo se encuentra en la misma escala del naranja en su camino hacia el rojo, y es por ello por lo que son colores que combinan muy bien, aunque para un efecto mucho más certero nada como buscar el amarillo en sus tonos más mostaza, ideal para espacios llenos de alegría en los que poder descansar, como este original salón.
- Tonos malvas. El naranja y el morado son una opción excelente para crear espacios elegantes y que inviten a soñar, como podemos ver en este fantástico salón de ensueño en el que se han mezclado muy inteligentemente los tonos malvas, el naranja, los tierras y el gris.
- Apuesta al negro. Por último, y para los más atrevidos, la idea de combinar el color naranja con el negro también puede ser muy interesante y audaz, aunque será importante que pensemos en cuál de los dos tonos querremos hacer el protagonista y cuál introducir de una forma más tenue o secundaria. Una guía infalible para trabajar el naranja que se puede aplicar para no equivocarse es la de la regla 30-40 y 70-60, que consiste en otorgar esos porcentajes a cada color para asegurarnos un efecto impactante pero siempre dentro de un equilibrio perfecto.
Colores que pegan con el naranja por la teoría del color
Pero si aun así tenemos dudas, nada como conocer y comprender en qué consiste la llamada “teoría del color” para saber qué colores combinan mejor con el naranja o cuáles no combinan en absoluto, para lo que tendremos que aprender a distinguir entre los colores primarios y secundarios, o los complementarios, neutros y análogos.
- Los colores neutros: son aquellos que ayudan a suavizar y que se necesitan para aportar a un color tan intenso como el naranja esa calma que lo equilibre y que lo convierta en un color perfecto para la decoración. Es decir, los colores blancos, los beige, los marrones o los grises.
- Los colores análogos: llamamos colores análogos a aquellos que se encuentran dentro de la misma gama o paleta cromática, como ocurre con el malva y el rosa o con el amarillo y el rojo. Es decir, colores parejos que pueden combinarse muy bien dentro de un mismo grupo y que pueden llegar a crear juntos espacios verdaderamente armoniosos.
- Los colores complementarios: por el contrario, los colores complementarios son los que se encuentran en lugares opuestos, es decir, colores primarios y secundarios muy distintos, o fríos y cálidos, pero que de manera inteligente y creativa pueden funcionar juntos, como es el caso del azul y del naranja, haciendo que los espacios se llenen de fuerza y de vitalidad.
Cómo utilizar en decoración el naranja para acertar
Como hemos podido ir viendo, la verdadera clave para acertar, ya sea con el color naranja o con otro igual de potente, es saber realizar combinaciones con otros tonos que permitan suavizar su intensidad o añadir pequeños detalles a los espacios para dar ese toque electrizante que buscamos pero sin sobrecargarlo todo. Esto quiere decir que, utilizando el color naranja con mucha creatividad y con mucho cuidado, podremos crear espacios igual de elegantes y relajantes que con los tonos neutros más tradicionales, y con un toque mucho más único y original.
Con unos sencillos trucos es fácil crear ese ambiente lleno de personalidad con el que poder destacarse de los demás, como por ejemplo usando nada más que pequeños detalles en tonos naranjas que den mucha calidez sin abrumar, lo que podemos hacer añadiendo el naranja a los textiles, a una sola pared de entrada o a unos bonitos cuadros, lo que mantendrá la sensación de impacto visual pero sin excesos. Recordemos que para aliviar la intensidad siempre podemos recurrir a tonos como el gris perla, el antracita, el beige o el blanco, aportando equilibrio y tranquilidad. Veámoslo ahora más detenidamente:
- Muebles y paredes para comenzar. Para comenzar a introducir el naranja debemos pensar siempre primero en aquellas cosas que ocupan un mayor espacio visual, lo que suelen ser las paredes y los muebles de gran formato. Si queremos introducir el naranja de una forma arriesgada, podremos pintar una pared con ese tono o añadirlo en muebles como el sofá, un gran sillón, las sillas del comedor o incluso una estantería. En este caso, los tonos más neutros deberíamos dejarlos para otros accesorios secundarios que suavicen el resultado final.
- Textiles para completar el espacio. Los textiles nunca pueden faltar en decoración, ya sea en forma de cortinas, de alfombras, de ropa de cama o de cojines, y además son un recurso perfecto para poder introducir colores fuertes cuando no nos atrevemos demasiado o tenemos miedo de sobrecargar. En cambio, si el color naranja va a ser el dominante, podremos dejar los textiles en tonos más neutros para equilibrar.
- Mezcla de texturas y materiales. Las texturas, aunque no suelan tenerse en cuenta, también sirven para añadir profundidad o para que los colores combinen mejor, por eso no dudes en introducir materiales que puedan completar bien al naranja como la madera, el lino, la arpillera, o el vidrio, ya que la mezcla dará un resultado increíble al final.
- Uso de una iluminación inteligente. El uso de las luces puede hacer que un color resalte más o que se suavice, y esto puede interesar mucho cuando se quiere usar un tono como el naranja. Usando unas luces cálidas podremos crear grandes contrastes que permitan cohesionar el espacio y aportar el brillo justo y necesario, incluso por zonas, a la hora de incorporar el naranja.
- Pequeños toques finales de artesanía. Para terminar, y dependiendo de si el naranja será el protagonista de todo el espacio, llega el turno de los detalles finales y de elegir su tono. Los porcentajes y la teoría del color nos servirán de nuevo para saber qué colores incorporar en esos toques últimos, como pueda ser la incorporación de un jarrón de arcilla, de una escalera o de cualquier otro elemento decorativo interesante. Las damajuanas pueden ser todo un acierto aquí, pues sus tonos azulados y verdosos crearán un contraste elegante y natural en las zonas en las que prime el naranja.
En definitiva, lo más importante es perder el miedo a un color como el naranja a la hora de decorar, porque podemos estar perdiendo la oportunidad de tener un espacio absolutamente único y acogedor, propicio para crear lugares en los descansar o recibir a los amigos lleno de confort y de energía. Y si aplicar el naranja en su estado natural no termina de convencernos o de ir con nuestra personalidad, siempre podemos rebajarlo yéndonos a algunas de sus modalidades más suaves, como la que se encuentra entre el naranja pleno y el rosado, como por ejemplo el tono melocotón, uno muy dulce y elegante ideal para habitaciones, espacios infantiles o salas de estar.