Tu oficina en un loft

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Originariamente el término loft definía la reconversión de espacios industriales, fundamentalmente talleres o almacenes, rehabilitándolos y dotándolos de nuevos usos como vivienda o despachos profesionales.
La estética industrial original se hace presente, muchas veces, dejando a la vista la estructura o las instalaciones y empleando el ladrillo o el hormigón como material de acabado, sin revestimiento. Pero lo que caracteriza al loft, por encima de todo, es su espacialidad. La escala de edificio industrial se manifiesta en forma de espacios de mayor dimensión, principalmente en altura, con grandes ventanales e interiores muy luminosos. Para decorar un loft , cuando queremos diferenciar distintos ámbitos se suele recurrir a dobles alturas o elementos de mobiliario, fijos o móviles, pero prescindiendo de tabiques que impidan la continuidad espacial y visual.

Ventajas funcionales de un loft

La ventaja esencial de este tipo de espacios deriva de la presencia de grandes huecos en fachada. Una oficina muy luminosa genera un ambiente mucho más propicio para el trabajo, disminuye la fatiga y supone asimismo un importante ahorro eléctrico. Conformando un único ámbito común se fomenta, además, el trabajo en equipo y se permite una interacción más directa entre los distintos departamentos.
A nivel estrictamente funcional también aparecen importantes ventajas. Las instalaciones no tienen por qué ocultarse, y el dejarlas vistas facilita mucho su mantenimiento o sustitución, aportándonos además una interesante imagen industrial y tecnológica. Prescindiendo de cielos rasos o falsos techos evitamos la sensación monótona y repetitiva que producen las oficinas tradicionales y, tratándose de un espacio único, la flexibilidad y libertad son máximas a la hora de distribuir las áreas de trabajo.

Este tipo de edificios también gana relevancia en el sector de los profesionales liberales. Gracias a las ventajas de las nuevas tecnologías, y ante la carestía del precio del suelo, muchas personas optan por reunir en el mismo lugar vivienda y espacio de trabajo, buscando mayor calidad de vida. La tipología del loft es especialmente idónea para hacer convivir estas funciones diferentes dentro de un mismo espacio común.

Tampoco hay que olvidar que en la sociedad actual la imagen que ofrecemos de nuestro negocio es casi tan importante como el producto final. Un espacio diáfano y luminoso, donde el funcionamiento de la empresa se exhibe a los ojos del cliente, transmite una imagen de seriedad y cercanía, muy moderna y profesional.

Loft oficina y vivienda

Interiorismo y decoración

En los lofts, la decoración y el mobiliario ganan protagonismo, integrándose en un conjunto que debe mostrar armonía entre las partes y el todo. Para los paramentos se puede optar por dejar el material visto cuando se trata de un muro de fábrica o de hormigón, pero también es frecuente revestir paredes o techos con placas de cartón yeso, dando continuidad a las superficies y reforzando la sensación de luminosidad con el blanco como elemento dominante.

El volumen, por su gran altura, generalmente se concibe en dos niveles, por lo que la escalera es un elemento que cobra especial relevancia. Elementos como los peldaños, barandillas o antepechos tratan siempre de transmitir ligereza y evitar que se interrumpan las visuales. Acero y vidrio son materiales recurrentes, aludiendo a ese origen industrial del loft.

Al seleccionar el mobiliario hay que tener en cuenta que cualquier elemento tiene gran presencia, puesto que se podrá contemplar desde múltiples puntos de vista. Lo que se debe potenciar es el espacio, por lo que es preferible optar por la homogeneidad y la estética funcional, acorde con esa imagen moderna y de vanguardia que queremos transmitir. Librerías, archivadores o muebles auxiliares van a tener tanta presencia como el mobiliario principal, por lo que hay que ser muy cuidadosos a la hora de elegirlos y hacer prevalecer la máxima de “pocos elementos pero bien escogidos”.

Escritorio de trabajo en un loft

En cuanto a la iluminación artificial, siempre se debe supeditar a la natural, que es la principal protagonista. Los techos, en general, son bastantes altos, por lo que es habitual emplear luminarias suspendidas, muy acordes con la estética industrial.

Éstas son solo algunas generalidades acerca del concepto del loft. Aunque las opciones contempladas son bastante amplias, generalmente el espacio en sí es tan potente que nos facilitará todas las decisiones posteriores, poniendo en valor cada elemento que incorporemos. El resultado final será siempre el de un lugar sumamente grato para trabajar y que además nos permite proyectar nuestra propia imagen de empresa, individual y personalizada.