Cerramientos de terrazas en un piso, tipos y consejos

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Cerrar la terraza de un piso

Las terrazas pueden suponer un gran desahogo en un hogar, así como un práctico y atractivo espacio en el que disfrutar del buen tiempo y del verano. Pero lo cierto es que, a veces, también pueden suponer un auténtico quebradero de cabeza por diversos motivos, entre los que se encuentran que el piso tenga una escasez de metros perdidos (en parte por culpa del espacio abierto) o que durante el invierno no podamos soportar el frío o el encarecimiento de nuestra factura del gas.

Sea por el motivo que sea lo importante es que existen soluciones para acabar con este tipo de problemas y la más destacada es realizar un denominado cerramiento de terraza. Pero esta decisión es lo suficientemente importante como para no tomarla a la ligera, y son muchas las circunstancias que deberíamos tener en cuenta a la hora de planificar si vamos a realizar el cerramiento finalmente y cómo hacerlo, tales como si deberíamos acristalar o no, el espacio del que disponemos, o el aprovechamiento que queramos hacer de la terraza en cuestión.

Uno de los mayores problemas que tienen las terrazas abiertas es el de la entrada de aire al interior del piso, lo que puede suponer no estar a gusto en casa durante los meses de más frío y gastar mucho dinero en calentarnos. El cerramiento es una buena solución para evitar eso, puesto que permite evitar las pérdidas térmicas sin tener que renunciar a la terraza totalmente, pudiendo disfrutar de ella de nuevo cuando llegue la ocasión. En este sentido también es importante tener en cuenta la cantidad de luz que tenga nuestra casa de forma habitual, ya que no se perderá el mismo calor en invierno en un bajo en el que apenas entre luz, que un piso más alto en el que el sol entre durante casi todo el día. Esta circunstancia también es importante en verano, puesto que la sensación térmica se invertirá, haciendo una temperatura más agradable en el primer piso que en el segundo.

En cualquier caso el cerramiento de la terraza suele ser siempre la solución ideal, puesto que permite alcanzar un equilibrio en cuanto a las temperaturas en cualquier época del año en la que nos encontremos, aunque la disposición que tenga puede diferir bastante en cuanto a los materiales a emplear.

 

Tipos de cerramientos en terrazas más habituales

 

Cerramiento de vidrio

Aunque no es la opción más barata, es una de las favoritas en nuestros días, puesto que ya se trate de paneles de vidrio altos para conformar paredes, o en forma de barandilla, el vidrio otorga una sensación única de libertad y un toque de vanguardia muy propio del siglo XXI y sin necesidad de renunciar a la seguridad. Eso sí, aunque es una de las opciones más estilosas, también es la menos fácil de mantener impoluta y la menos adecuada para ambientes demasiado cálidos (si decidimos cerrar la terraza al completo) ya que puede crear una sensación de efecto invernadero muy poco gratificante.

Cerramiento de piedra o ladrillo

Se trata de un tipo de cerramiento muy seguro y duradero, ideal para áticos y terrazas de bastante altura que quieran usarse con frecuencia, aunque también es válida su utilización en casas bajas para proteger las vistas desde el exterior. Es un cerramiento muy versátil al que se le pueden añadir también verjas para crecer el cerramiento en altura sin renunciar al paisaje.

Cerramiento de aluminio

Este tipo de cerramiento se utiliza, sobre todo, cuando lo que se quiere es eliminar completamente la terraza e incluir su espacio al resto de la casa de forma íntegra. Para esto suele ser necesario demoler tabiques y puertas e integrar ventanas de aluminio que aíslen del exterior. El aluminio es un excelente aislante térmico, pero su instalación no es siempre la opción más económica.

Cerramiento plegable

Este tipo de cerramiento se suele confeccionar también en material de vidrio, pero a través de hojas plegables que permiten abrir la terraza en mayor o menor medida según convenga. De esta forma podemos aislar el espacio debidamente durante los meses de más frío, y de nuevo aunar la terraza al conjunto de la casa gracias al plegado de las hojas, disfrutando del sol y del aire fresco en los días más agradables del año.

Como puede apreciarse, cada modelo de cerramiento responde a unas necesidades específicas, aunque también a determinados criterios más y menos estéticos. El precio también es importante en la elección y va, desde los más baratos con piedra, ladrillo o tipo plegable, hasta los más caros realizados con aluminio. Pero la realidad es que los motivos por los que decidirse a hacer un cerramiento van más allá de materiales y precios, siendo otros aspectos como los relacionados con la seguridad de una vivienda, el ganar en metros cuadrados o el reducir el impacto de los ruidos exteriores, los más habituales en la toma de esta importante decisión.

Cerramiento de un porche de madera

Querer estar cómodos en nuestro hogar y sentirnos protegidos en él es algo fundamental para cualquier familia, y esto no tiene que estar reñido con poder disfrutar de la luz natural y del ambiente relajado que suele brindar una terraza, si buscamos el cerramiento y la forma de aislarla más adecuada conforme a nuestro estilo de vida. Aunque al principio parezca que realizar el cerramiento puede suponer una inversión muy importante, lo cierto es que será un dinero bien gastado, puesto que el ahorro que supondrá en cuanto a posibles humedades, arreglo de desperfectos por las inclemencias del tiempo o mejora de la eficiencia energética, se notará con creces en el bolsillo con el paso del tiempo.

En cualquier caso, y decidamos lo que decidamos, si vivimos en una comunidad debemos pedir permiso a la misma para hacer un cerramiento de terraza, pues podría verse comprometida la estética del edificio, así como hacernos con la licencia necesaria para llevar el proyecto a cabo si se nos permite finalmente.